Ekeko, abundancia y prosperidad

Ekeko Dios de la Abundancia y la Prosperidad.

Alguna vez escuchaste decir, ¡más peruano que un Ekeko!, bueno ese es el sentimiento que se experimenta al ver uno.

Dios de la abundancia perteneciente a los Aymara desde épocas prehispánicas, sus seguidores creían que ahuyentaba la desgracia de los hogares y atraía la fortuna, original de las riberas del lago Titicaca, al principio era de piedra, jorobado, tenía rasgos indígenas y no llevaba ningún tipo de vestido ya que su desnudez era también símbolo de la fertilidad, muy venerado en el altiplano y se encuentra ahora en casi todos los países andinos, desde Colombia hasta Argentina.

Con el tiempo ha tenido muchos cambios, la iglesia católica trato de desaparecerlo y por eso recibió un mestizaje, su aspecto actual es más moderno y fácil de descifrar, otra leyenda dice que era un hombre muy trabajador y que fumaba todo el día con el fin de no quedarse dormido e iba acumulando todo el dinero que ganaba a sus espaldas, tiene un pasamontañas, sandalias, aspecto bonachón, los brazos abiertos, la espalda repleta de artículos como instrumentos musicales, granos, muebles, ollas, billetes y hasta una casa.

En Puno es donde más extendida esta su veneración, el 24 de enero se le celebra su día, pero en la mayoría de las ciudades se hacen también ofrendas, para esto debe pedirse el bien que se quiere, como un carro, pareja, casa, electrodomésticos, diplomas, viajes, etc, lo que se te ocurra, representando el objeto deseado a escala, brindársele algo de alcohol y colocarle un cigarro prendido que el ekeko debe fumar solo, si lo acaba puedes casi asegurar que se te cumplirá tu deseo, la mayoría recomienda hablarle y darle un cigarro cada martes y viernes, también puedes regalar ekekos en miniatura si deseas que se te cumpla en el menor tiempo.

Si no lo fuma todo, dicen que son malas noticias, pero puedes seguir dándole ofrendas hasta que te provea de lo que deseas.

Un ekeko no se compra para uno mismo, solo se puede comprar para regalar y si recibes uno rápidamente tienes el deber regalarle otro a alguien diferente, de esta forma aseguras que la buena fortuna se extienda a todas las personas que te rodean.

Más allá del fetichismo, dejando a un lado la envidia y el escepticismo, la tradición nos muestra que se genera una cultura donde en el fondo, las personas se desean el bien unas a otras para que obtengan prosperidad y fortuna.

Equipo Argentaria