El Torito de Pucará

La Historia del Torito de Pucará

Nos cuenta la leyenda que durante una prolongada sequía, el pueblo estaba a punto de extinguirse por falta de agua y a un campesino Inca se le ocurrió la idea de hacer una ofrenda de sacrificio al Dios Pachacamaq llevando un toro a la cima del peñón de Pukara para pedirle lluvias y devolviera la prosperidad.

Dicen que el toro presentía lo que le ocurriría y se resistió durante todo el camino pero ya estando arriba empezó a sobarse con la roca y milagrosamente al hincarla con su cuerno el agua empezó a brotar con total abundancia, mucha más de la que se necesitaba y así se empezó a dársele al toro un lugar especial en la cultura como símbolo de ofrenda.

Actualmente Pucará tiene una tradición alfarera y es el centro cerámico más importante del sur del Perú, se le conoce como la “tierra del torito” pero existe desde el año 500 AC como un centro agrícola y ganadero importante y una cultura bastante apreciada por sus pirámides y obras de ingeniería hidráulica.

Aunque el toro como animal apareció después de la conquista este ritual se hacía con el ganado de la época como alpacas y llamas, muchos elementos de la tradición han pasado por generaciones pero los símbolos se han conservado.

Sus elementos contienen, un orificio recipiente para el vino o la chicha el cual se rociaba para asegurar la fertilidad, un asa en la espalda que simboliza la energía sexual fluyendo hacia la cabeza con el fin de que la energía creadora se canalice a través de la mente, un enjalme o protector que simboliza el cuidado.

Tres orlas en el cuello que significan el uso de energía positiva, negativa o neutra que también serían el nacer, morir y sacrificar por la humanidad, los ojos redondos y saltones para hacer un llamado a estar alerta con el mundo que nos rodea, huellas de cortes en la piel que fue la manera de marcar y distinguir el ganado con motivos decorativos como flores y hojas y figuras espirales que simbolizan el espiral de la vida y el nivel del ser en cuanto a su existencia.

El torito se volvió muy popular desde hace un siglo ya que Pucará tiene una estación del tren que va a Cuzco y empezó a ser más visitada por turistas creando todo un furor y el desarrollo de diferentes técnicas de fabricación y decoración, pero más que nada porque es una linda pieza a la que además se le atribuye fertilidad, protección y prosperidad siendo muy común verlos colocados por pares en los techos de las casas.

El Torito Pucará es pura peruanidad.

Equipo Argentaria